miércoles, 29 de agosto de 2007
Respuestas a la salida I
viernes, 24 de agosto de 2007
Carta de ¿despedida?
miércoles, 8 de agosto de 2007
Noche transfigurada
Jinetes apocalípticos
Jinetes apocalípticos se apoderan de mí
Inmersos hasta hacerme sufrir
No impongas las reglas
Escúchalas, y más tarde rómpelas
Téjeme un arácnido nido de gas
Emáname hasta no poder más
Sacándome todo, comiéndote nada
Anclado como una piedra
Postrada en mitad de la senda
Oculto la sal y pimienta
Como melva en la menestra
Acaricia mi lado oscuro
Lame mi lado seguro
Imposiciones que desmerezco
Por un tanque marino seco.
Tal vez calle el día
Invadiendo la noche con algarabía
Cuidando no gritar
O los niños despertarán
¿Sabes a los jinetes jugar?
Días flamencos
Mi imaginación está más excitada que nunca, lástima que sea el peor momento para darle rienda suelta.
El fin de semana padsado mano a mano con mi mochilera partimos en busca de nuevas experiencias. Quizás este viaje era más organizado que los anteriores ( normal, teniendo en cuenta quien lo había calculado)
Es maravilloso conocer el ambiente y la familia donde crecieron tus amigos. Llegamos a su casa observadores de emoción y hambrientos de incertidumbre. Y me encontré con ella. Creía que ese tipo de mujeres sólo existían en las películas de Almodóvar. Pero no, estaba delante de mis ojos. Era un torbellino, capaz de sacar adelante a un pueblo entero, una mujer coraje. Tenía un gran torrente de voz y una dulzura agresiva que sólo las andaluzas son capaces de portar. Pero era sin duda la honestidad y naturaleza de sus movimintos y palabras lo que te conmueven ese factor materno que todo ser humano por descabellado que sea esconde.
Inolvidable e insaciable, caluroso y caliente, divertido y epiléptico, cantabile y bailable, sensual y terrenal. Los alrededores de la laguna dan para mucho.
¡Qué extraño eres! Siendo tan parecido a mí y sin embargo no logro comprenderte.
Tenía muchas ganas de verle. Después de sobrevivir a un año atiborrado de hipnóticos rizos, quería verle. Sabía que si nuestra amistad continuaba era porque ambos sabíamos lo ocurrido y que nadie mejor que nosotros nos comprendíamos. Vernos fuera de aquellas cuatro paredes de Julio. Descubrí que era igual de frenético e inestable pero enonctré su mundo, sus amigos, su infancia, su familia, su educación, su represión rebelde, su carácter; dí explicación a todo. Y me encantó, me encantó compartir su vida por unos días.
Me quedo con el lío de miradas P&P en la discoteca (...de dia y de noche), me quedo con las fantasías sexuales que no llegaron a ocurrir y con las que ocurrieron, me quedo con bailes de timbales y con movimientos improvisados, me quedo con la caseta de la juventud y la gente tan maravillosa que conocí, me quedo con el paseo por los alrededores de la laguna salteado de liebres y miradas, y con los flamencos invisibles, me quedo con el divertido viaje con mi mochilera (como siempre), me quedo con los colchones y la piscina, me quedo con pianistas a cuatro manos, con amaneceres musicales...
...pero sobre todo me quedo con mis amigos. Porque todo es especial a vuestro lado. Porque sois únicos.
Que Fuente Piedra sea uno de tantos viajes que nos queda por hacer.