Años después nacieron dos personajillos aún peores: el abajo firmante y su dominante hermana. La poca diferencia de edad hizo que creáramos un vínculo que se traduciría con el paso de los años en una necesidad invisible, pero bien perceptible. Siempre la mano tendida...
Lo que fue inesperado fue la bomba que llegó a los 6 años, que revolucionó la familia con una personalidad exagerada, pero llena de buenas intenciones. Fue ella sin saberlo la que me inició en la idea de crear "el club de los imposibles"






Y si en algún momento no podía continuar, ahí estaba mi hermana para tirar de mí, porque otra cosa no, pero fuerza (me refiero a mental,..., bueno y corporal, porque vaya culo espartero) tenía y tiene la "joia".

Un día desaparecí(Ó), no hace mucho tiempo. Encontré(Ó) a Ocre, y m(L)e enseñó el sabor amargo de las cosas. Dejé(Ó) el club de los imposible en manos de unos impostores y se transformó tanto, que hasta el mandamiento principal (reír hasta llorar) se olvidó.
Ahora os pido(e) que si lo veís por las calles rondando le recordéis quién es, porque sufre amnesia, y a veces ni él mismo se reconoce. Esta foto es del día que desaparecí(Ó), dejando atras las sombras de nogueras, los paseos de cabras, las carcajadas inmóviles, y por supuesto su club de los imposibles.
¿Puedes abrir más los ojos? ¡Corre!