domingo, 27 de mayo de 2007

De latir,mi corazón se ha parado


- ¿Vienes conmigo? - le dije totalmente decidido, después de un largo mes sin hablarnos.
- ¿Dónde?
- No puedo decírtelo.
-Pero... ahora tengo que estudiar, estoy un poco ocupado. Luego si quieres...- respondió asustado y tartamudeando, tampoco entendí muy bien por qué.
-Es la última cosa que te voy a pedir, la última. Te espero en cinco minutos en la puerta de emergencia.
Se lo dije y me marché escuchando un pero de fondo; sabía que iba a venir, no le quedaba otra, se lo debía a mi contundencia.


Fumé un cigarro mientras lo esperaba, el más saboreado que nunca hubiera fumado. Y con cara expectante y opaca apareció. Tras mi incómodo silencio exclamó:
- ¿Dónde quieres que te acompañe y para qué?
- Sólo te pido una hora de silencio conmigo. Donde vayamos es lo de menos.
Con cara de poco convencimiento y tras una larga pausa de titubeantes miradas aceptó.


Caminamos durante veinte minutos hasta que salimos de la ciudad y en una colina del extrarradio con pocos árboles y tierra árida paré. Me senté a contemplar la ciudad. Llamándome loco seguramente estuvo dando vueltas agitado hasta que cansado se sentó a mi lado y dijo:
- No te entiendo.
Se acostó mirando hacia el cielo y segundos después posé mi cabeza sobre su pecho. Cerré los ojos escuchando su corazón latir cada vez más fuerte mientras mis latidos se hacían cada vez más lejanos, hasta que mi corazón dejó de latir; ya sólo latía él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Arrebato... Estés con quien estés, eres ese interesantemente enigmático: privilegiado que siente el doble, para bien y para mal... PRIVILEGIADO.
Campanilla.

Anónimo dijo...

ERES UN PUTO CRACK. NADA MAS QUE AÑADIR.

(El melva con pimientos..)