Día del orgullo gay.
Comienza con unas dolidas caladas a un "more". No puedo dormir. Sólo puedo pensar en tí. Y empiezo a verme sumergido de nuevo en una espiral de corrupción de la que salí hace tiempo. Cuando era pequeño y jugaba a la consola (hace tiempo que perdí ese hobby) en el juego paupérrimo Mario Bross, siempre me pasaba lo mismo: corría demasiado y luego caía a un precipicio, siempre me mataban al "susodicho" muñeco por ir demasiado rápido, ya que se me daba bastante bien en realidad (una pena a ver perdido el interés). Y es que me pasa igual con todo. Voy precipitado, hay situaciones que acaban incluso antes de que empiezen, y eso es un problema,¿no?. No pienso las consecuencias y este año he corrido tanto que estaba a punto de llegar al final del nivel, y justo en el último precipicio he caído (lo cuál da más rabia aún). Escuché hoy a alguien decir que justo antes de llegar al final es cuando más se disfruta, pero que dura poco y hay que saber aprovecharlo.
No te olvido.
Me levanté y salí a la calle con la tristeza a hombros. No había pasado un día tan horrible desde el día en que vi que te había perdido. Hoy no sólo me he dado cuenta de que te he perdido sino que parece ser que nunca te he podido perder porque nunca has estado.
Debería celebrar el día del orgullo, por la tolerancia y por la marginación social que sufrimos, pero no sufro por eso, en realidad me da igual; sólo quiero verte y que hagamos un viaje a ninguna parte. Quiero volver a esos días felices. Quiero volver a esa estufa que me calentaba aún cuando hacía calor, a las noches de filosofía y sexo,a sentir la libertad mental y física que sólo conseguía contigo; quiero volver... volver a tí... que vuelvas a mí.
Finales felices. Ese mensaje quiere transmitir Don Ross en su agridulce película que he tenido el lujo de ver por casualidad. La vida es maravillosa, no cabe duda, pero cómo jode cuando quiere; o será que llevo la nostalgia como sección de los momentos.
Menos mal que los rifles no pueden acabar con las palabras.
1 comentario:
Q lindo lo q escribes. Mucha música en tus palabras, quizá no sea nada nuevo en ti, sabiendo a lo q te dedicas.
Si t acostumbras a convivir con la tristeza, llegará el momento en que se marche de tu lado y la eches de menos porque no llueve eternamente.
Espero q tu verano esté siendo de película.
Un beso
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